domingo, 18 de abril de 2010

Iglesia de Concepción de Baures


El padre Barace, alrededor de 1690, después de la fundación de las reducciones de Moxos. Las parcialidades fueron reducidas en 9 misiones, Concepción de Baures, El Carmen, San Joaquin, San Juan, Santa Maria Magdalena, San Miguel, San Nicolás, Santa Rosa y San Simón, a partir de algunas de las cuales, hoy se forman los centros regionales.
La fundación del pueblo de Baures, fracasó en los primeros intentos y fué establecido definitivamente el 8 de diciembre de 1708, por el padre Lorenzo Legarda, comisionado por el padre superior Lorenzo Orellana.
Los misioneros siguieron los mismos patrones usuales, fue adoptado el uso de una sola lengua para facilitar el trabajo misionero evangélico y administrativo. Esta fue aprendida tanto por el misionero como por todos los habitantes del lugar. Aparte de ella, los baures conservaron su propia lengua, para su comunicación.
Las misiones prosperaron. Los jesuitas introdujeron el ganado vacuno, antes desconocido en la zona, ordenaron en función del mejoramiento, la crianza de animales domésticos, el cultivo agrícola, les enseñaron música y escritura. Cambiaron la estructura del pueblo, construyeron una plaza central, alrededor de la cual se ubicó la iglesia y dividieron a los habitantes en barrios, según el oficio, como tejedores, pintores, músicos.
En el siglo XVIII, los baures fueron diezmados después de la expulsión de los jesuitas. Las florecientes reducciones desaparecieron entre los años 1920 y 1940 debido a las enfermedades tropicales.
En el siglo XX, trajo grandes cambios al pueblo indígena, por el auge de la goma. Se llenó de emigrantes cruceños y extranjeros, franceses, ingleses, alemanes y griegos, atraídos por la riqueza del oro negro.
Esta riqueza desapareció, a partir de los años cincuenta y Baures entró en una lenta decadencia, la maoria de su gente, jamás retornó de los siringales del Lago Gloria eliminados por las enfermedades, que conviertieron a la zona en el hoy llamado "Cementerio de Baures".

Iglesia de Magdalena , Beni.


El 22 de julio de 1720, el padre jesuíta Gabriel Ruiz fundó a orillas del río Itonamas, el pueblo de Nuestra Señora de la Magdalena, con las tribus Itonamas que moraban en las riberas del río. Durante más de medio siglo, es decir, hasta su expulsión en 1776, la población fue gobernada por los sacerdotes, llegando a tener a fines del siglo XVII mas de 6.000 habitantes. Los jesuítas implantaron un gobierno teocrático y paternal, en el cuál los indígenas sembraban y cosechaban para la comunidad, mientras que los caciques distribuían los víveres según el número del núcleo familiar. Es decir todos contibuían a su crecimiento.
Por decreto supremo se le dió el rango de ciudad, pasando a ser la capital de la provincia Iténez. Comprendía una vasta zona, al sur del río de este nombre, que los brasileños llaman Guaporé y que es límite entre Bolivia y Brasil.
Tuvo una iglesia que albergaba en su interior imponentes altares de madera con multitud de adornos de tipo Churrigueresco, que hizo desaparecer el tempo y un lamentable descuido en su conservación. Asimismo, se levantaba a su lado la vieja torre, edificada por Manuel Fernandez de Córdoba, en 1858, cuyo nombre hace recordar al famoso guerrero español el gran capitán.
En la vieja torre colgaban las sonoras campanas obsequiadas por los rumbosos comercianes brasileros, los hermanos Maciel. Con la construcción de la moderna iglesia, una de las mejores del distrito, aquella torre de adobes y ladrillos tuvo que ser demolida porque también estaba ubicada en plena calle.
Habían 9 manzanas completas, en cada una de ellas se instalaron los diferentes grupos de artesanos, uno de ellos producía tejidos de algodón en telares de madera de tipo vertical, que abastecía el consumo local y el excedente era remitido a Trinidad como artículo comercial, junto con otros productos.
La ciudad fue visitada por Ciro Bayo, autor español del Peregrino en Indias, y el naturalista Húngaro Alemán Tadeo Haenke, que descubrió el lago San Luís, situado a 65 km al sudeste de Magdalena y a orilla izquierda del río San Miguel encontró la singular flor acuática, que maravillado la denomínó Victoria Regia, en homenaje a la reina Victoria de Inglaterra, cuyo gobierno costeó el viaje.
El naturalista francés Alcides D'Orbigny que también visitó Bolivia, la vió en el río Paraná, cerca de la frontera argentino-paraguaya en 1878. Esta flor era conocida por los indígenas guaranies como Yrupe, que quiere decir "Plato de Agua"

lunes, 12 de abril de 2010

Los Macheteros


Los Macheteros, es quizás la danza Beniana más conocida dentro y fuera del país. Su origen es colonial. Y representa la Resurrección de Jesuscristo y su ascención a los cielos, pero desde una interpretación estrictamente nativa.

Cada bailarín lleva en la mano derecha un machete de madra o tumoré ti yucuqui, una camisa larga blanca, sin mangas ni cuello y con franjas coloridas a los cosstaqdos. Portan en la cabeza un tocado denominado en lengua nativa PROGI, hecho de plumas de parabas, artísticamente ordenado de acuerdo con la intensidad de los colores.
Los danzarines descalzos se mueven ceremoniosamente sin soltar los machetes ni deponer su actitud de guerreros a punto de entrar en combate. Agachan la cabeza y la elevan, en señal de ascención y muerte; pero en ningún momento quiebran el ritmo de la música fabricada con tamborcillos e instrumentos de viento.

martes, 6 de abril de 2010


La fundación de las misiones jesuíticas en el "partido de Baures" como fueron denominadas aquellas que se establecieron en el dominio de dicha etnia, surgieron como consecuencia de la segunda expedición militar a la zona ordenada por el gobernador de Santa Cruz don Bernardo de Rivera y Quiroga, a solicitud de la orden jesuítica como respuesta a la violenta acción mililtar en la que cayó muerto el misionero Cipriano Barace, fundador de Trinidad.

Es así que un 21 de agosto de 1709 se funda la Misión de San Joaquín, por los padres Pedro Blanco y Pedro Rada, por instrucciones del Director de las Misiones de Santa Cruz, padre Antonio de Orellana.

En las décadas de los 50 y 60 encarna para San Joaquín uno de los momentos más críticos de su historia moderna. pues durante este tiempo la población sufió primero de una grave inundación 1959, que afectó a la gran parte de la población, y posteriormente en 1962 se manifestó en la población y en sus comunidades más próximas una desconocida enfermedad que en la mayoría de los casos provocaba el deceso de quien la contraía.

Ante esta situación San Joaquín sufrió migraciones masivas hacia poblaciones de Guayaramerin, Trinidad y Santa Cruz, se cree que más de un 70% de la población migro en ese periodo de tiempo. La situación se tornó tan grave que hizo suponer que iban a quemar la ciudad y abandonarla. En 1963 el ejercito de Estados Unidos en convenio con el Gobierno Nacional establece un equipo de médicos y científicos americanos de la Middle American Research con la misión de identficar la enfermedad y buscar los medios para contenerla. A la cabeza de este grupo se encontraba el Dr. Henry K. Bcyc y el novel científico Dr. Karl M. Johnson.

lunes, 5 de abril de 2010

India Yuracarés


Las indias Yuracarés inmolan a sangre fría a sus hijos, con el fin de librarse del trabajo de criarlo. No tienen ningún apego a sus padres, que al final los abandonan por lo general.
No poseen el sentimiento maternal, participan del carácter de los hombres, no desean ser esclavas ni de los hombres ni de sus hijos por lo tanto inmolan a la mitad de ellos.

Son enemigos de toda especie de sociedad que pueda limitar en algo su independencia y solo viven en familias, pero sin conocer los cuidados mutuos ni la subordinación, viviendo cada individuo para si mismo.
Sus vestidos tanto de hombres como de mujeres consiste en larga túnicas sin mangas, hechas de corteza de morera o de ficus, adornadas con profusas pinturas, que aplican por medio de estampas de madera y urucú o la gnipa, de color azul violáceo.
Los hombres se cortan el cabello en cuadrado sobre la frente y el resto les cae en forma de trenza por detrás. Se arrancan las cejas y se pintan la cara de rojo y negro, sobre todo la nariz y la frente. Los días de fiestas se adornan con plumas.
Usan un cuchillo atado por detrás de los cabellos.
Las camisas de los niños ostentan plumas y picos de pájaros, que más que adornos parecen ser talismanes contra enfermedades y espíritus malos.

Los Yuracarés


Los yuracarés viven dispersos a lo largo de los ríos Secure, Ichilo y Chapare, hasta el puerto Grether, en este ultimo río se observa varias barracas de los Yuras, y cerca de Todos Santos el gobierno tiene una reserva para los Yuracarés.

Además de los indicadas, el territorio de los yuracarés se extiende hasta las cabeceras de los ríos, Tayota, Isidoro y Uteo, en la región sur de la provincia Moxos del departamento del Ben y noreste de las provincias de Chapare y Carrasco de Cochabamba.
La lengua Yuracaré es una lengua aislada, no forma parte de ninguna familia lingüistica conocida; por lo que independientemente constituye la familia lingüistica Yuracaré según Ibarra Grasso, 1982-137.
Sin embargo Ibarra Grasso, encontró alguna semejanza con las lenguas Leco, Chamá o Mosetenes, semejanza que se manifiesta al nivel de construcciones gramaticales: al preceder el adjetivo al nombre, como tambien el uso de sufijo y prefijos ya que los adjetivos difieren según el sexo; todas las palabras, sobre todo nombres, terminan en vocal.
Los Indios Yuracarés son más bien de alta estatura y tez bastante clara, parecida a la de los Lecos. Los niños cuando chicos tienen cabellos castaños, pero los adultos negros, largos y tiesos.
Se pintan la cara con urucú o bixa orellana, lo que les da un aspecto salvaje. Se quitan cuidadosamente todo el vello de su cuerpo. Los ojos son de color castaño oscuro. Las mujeres tiene cabello oscuro y dividido hacia ambos lados. Los hombres que trabajan al servicio de los blancos tienen el cabello cortado por imitación.

Iglesia y Colegio de San Ramón


Antes de la llegada de los Jesuítas a la región, el pueblo Itonama ocupaba las áreas ocupadas en las riberas de los ríos Itonama y Machupo.
Existen huellas de esta presencia en los restos arqueológicos de la región. Con la reducción de los indígenas po parte de los jesuítas, se crearon las misiones de Santa Maria Magdalena, San Ramón, San Martín, Huacaraje, San Estanislao y Santa Teresa.
A lo largo del siglo XVIII, la región fue constantemente asediada por los paulistas procedentes de Brasil, impulsando a que los indígenas encontrarán refugio en Magdalena, cediendo espacio a cambio de seguridad.
Durante el reinado de Carlos III se atacó duramente la labor de España en América, a través de las obras del abad Raynal 1770 y del escocés Robertson 1772. La réplica por parte de la Corona española se inició con el encargo a Juan Bautista Muñoz, cosmógrafo mayor de Indias, del reconocimientos de archivos y la formación de una colección de documentos para la historia de las Indias. Su trabajo se encuentra reunido en copias y extractos de documentos que se conservan en la Academia de la Historia con el nombre de Colección Muñoz. Después de múltiples peripecias el sitio elegido para albergar los documentos referentes a la América será la Casa Lonja de Sevilla que, a partir del 1785, convertirá su planta alta en Archivo General de Indias.

Indígena trabajando la corteza del Cabituqui


Indígena trabajando la corteza del Cabituqui, dibujo atribuído a Manuel Oquendo, en el informe de Lázaro Rivera.

domingo, 4 de abril de 2010

Etnia Canichana


Según Antonio Pauly, los indios Canichanas tenían el color del cutis mas oscuro que el de los Mojos, mas bien parecido al de los Chapacuras, estatura de 1.67 mts. para los hombres y 1.55 para las mujeres.
Cuerpo macizo y musculoso, ojos oblicuos y pequeños y oscuros, pómulos salientes y nariz achatada y ancha. Cara relativamente ancha, adusta y fiera.
Se ignora por completo cuál era su religión originaria, Solo se ha descubierto una costumbre religiosa a pesar del cristianismo, consiste en señalar la edad de la nubilidad de las jovenes por un ayuno de 8 días, que aquellas son obligadas a cumplir y regocijarse por medio de libaciones de ese felíz acontecimiento.
Siguen temiendo a su Yinijama o genio del mal.